Si te has hecho alguna vez esta pregunta, probablemente necesites leer este artículo.

Todo el mundo que ha tenido o tiene perro se ha hecho alguna vez esta pregunta, ¿Cuál es la mejor opción para evitar tirones de la correa, un arnés o un collar, y de qué tipo? Pues bien, te has hecho la pregunta incorrecta. Si tu perro tira de la correa, probablemente el problema no esté en el tipo de collar o arnés elegido. 

Es común entre las familias con perro que, a la hora de salir a pasear, usen la correa como una forma de dirigir y guiar al perro hacia dónde quieren ir. En otras palabras, si la persona quiere ir a la izquierda tira ligeramente (o bruscamente, en ocasiones, por desgracia) hacia la izquierda. Si lo que pretende es pararse, en un semáforo por ejemplo, acortan y tiran un poco de la correa hacia atrás para que el perro se detenga también. Lo mismo sucede cuando el perro elige ir en alguna dirección (porque algo le llama la atención) y es el perro el que tira de la correa para ir a algún sitio. En estos casos, no es extraño que la persona tire de la correa hacia atrás "para exigirle" al perro que no se aleje mucho y que, por lo tanto, no tire de la correa. 

Es decir, es común que las personas usen la correa y el collar o el arnés como un elemento de dirección del perro. En otras palabras, si el perro fuera un coche, usan la correa y el collar (o arnés) como si fuera el volante. 

Pues bien, este manejo es incorrecto. La correa y el arnés o el collar deberían ser entendidos como elementos de seguridad, no como un mecanismo de dirección. Es decir, utilizando el mismo ejemplo del coche, la correa, el arnés y el collar, serían el cinturón de seguridad del coche, en ningún caso el volante. 

Entonces, ¿Cómo hago para que mi perro no tire de la correa?

Para que un perro no tire de la correa se le debe enseñar a caminar al lado (o cerca, mejor dicho) de la persona. Esto se realiza, inicialmente, sin correa en una situación de control. Lo que se le enseña al animal es a seguir a la persona. Si esta gira a la izquierda, ella seguirá a la persona, y lo mismo ocurrirá con el giro a la derecha o parar de caminar. Para conseguirlo, simplemente le damos unos premios al perro y nos alejamos un poco. Cuando el perro se acerque a nosotros, le recompensaremos. Repetimos este ejercicio muchas veces, pero recordad que inicialmente es mejor hacerlo en un entorno controlado y tranquilo.

Una vez que el animal ha aprendido que debe seguir a la persona, usando la comida hacemos que se coloque al lado y empezamos a caminar. Tras unos pasos, recompensamos que esté siguiéndonos de cerca. Cada vez retrasaremos más el momento de darle el premio y, sobre todo, deberemos empezar a tener los premios en el bolsillo (no en las manos). En este momento, caminaremos por la zona de entrenamiento y cuando nos siga, meteremos la mano en el bolsillo o bolsa de premios y le daremos la recompensa.

Cuando sabe realizar este ejercicio correctamente, se incorpora la correa al entrenamiento (con un arnés o collar, normalmente preferimos arnés porque en caso de emergencia si el animal tira fuerte de la correa no se dañará el cuello), pero a efectos prácticos para el ejercicio es indiferente si es un collar o un arnés. Recuerda, el ejercicio es exactamente el mismo, pero con correa. Como veis en el vídeo, la correa no ejerce ninguna función de dirección del perro, solo está presente para poder parar el animal en caso de emergencia o necesidad (porque se asuste en la calle y salga corriendo, por ejemplo). 

Finalmente, para enseñarle a no tirar si, por la calle, ve algo que le gusta mucho (otro perro, una persona, un olor que le llame la atención, etc.), lo que se hace colocar algo en el sue

lo que le guste especialmente (puede ser comida, un juguete, otra persona o bien un perro, dependerá de cada caso). Una vez que el animal tira a por el estímulo que tanto le gusta, simplemente nos quedaremos parados (no deberemos tirar nosotros de la correa, simplemente nos pararemos). Una vez que el animal llegue al final de la correa, sin tirar en ningún caso nosotros de la correa, esperaremos a que el perro se gire para mirarnos. Cuando lo haga, daremos unos pasitos hacia atrás para que se recoloque de nuevo cerca de nosotros y sin que haya tensión en la correa, y volveremos a ir hacia el estímulo que tanto le gusta. Si no tira, avanzaremos hasta que llegue a la comida o la persona (o el estímulo que sea). Si vuelve a tirar, repetiremos el ejercicios hasta conseguir llegar al objetivo sin que haya tensión en la correa. 

 Puntos clave para enseñarle a no tirar de la correa

1. Empieza a enseñarle el ejercicio en un lugar en calma, con pocos estímulos. 

2. Ves incrementando la estimulación progresivamente y de forma controlada en el lugar que has elegido para enseñarle (la calle suele ser un mal sitio para empezar a enseñarle a no tirar de la correa). 

3. Una vez que lo tenga controlado en una zona calmada, empieza a salir por la calle, pero es importante que lo hagas en momentos del día y por zonas en los que no te encuentres con mucha gente. 

4. Progresivamente ves incrementando la estimulación que os encontréis en la calle. Recuerda que las primeras veces que hagas el ejercicio en la calle (especialmente al principio del paseo) se va a equivocar y puede ser que tire. Es normal, todos nos equivocamos, debemos tener paciencia y ayudarle a entender lo que esperamos de él. 

5. Refuerza la conducta de ir caminando sin tirar con comida, palabras agradables y caricias. 

6. Usa correas largas que le permitan cierta libertad en el paseo. 

7. No pretendas que vaya pegado a ti como una lapa. Este tipo de entrenamiento más profesional no tiene sentido en las familia, un objetivo realista y alcanzable será el de poder pasear sin que tire de la correa pero con la libertad necesaria para que pueda disfrutar del paseo, relacionándose con otros perros, personas, oliendo por donde quiera, etc. 

¡Y, recuerda, déjale disfrutar y, sobre todo, disfruta del paseo con él!